El viajero
emerge de los hielos
Limpiándose
las gotas congeladas de su rostro
Sus labios
azules y
Lágrimas como
diamantes
Pegadas en
las mejillas
Dos reinas
lo esperan en lo alto
Conocen su
nombre y lo llaman desde lejos
Queda mucho camino
que recorrer,
Para
cosechar esa fruta del paraíso
Primero
despintar el gris
De las manos
entumecidas
Volver a
sentir los pies dormidos
Y dejar que el brillo de la aurora boreal
Marque su
destino


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