miércoles, 19 de diciembre de 2012

El Ginkgo

Hoy caminé bajo la lluvia por horas
sólo me detuve a admirar
el potente verde del ginkgo biloba,
el árbol de la esperanza,
y sus hojitas de abanico
meciéndose en paz

No quise bajar la mirada empapada
ni siquiera para esquivar
los paraguas agresores del camino,
porque cuando caían las
gotas por mi rostro
el agua dulce
lavaba los recuerdos
al andar



martes, 11 de diciembre de 2012

Campo de hielo

El viajero emerge de los hielos
Limpiándose las gotas congeladas de su rostro
Sus labios azules y
Lágrimas como diamantes
Pegadas en las mejillas

Dos reinas lo esperan en lo alto
Conocen su nombre y lo llaman desde lejos

Queda mucho camino que recorrer,
Para cosechar esa fruta del paraíso

Primero despintar el gris
De las manos entumecidas
Volver a sentir los pies dormidos
 Y dejar que el brillo de la aurora boreal
Marque su destino

jueves, 6 de diciembre de 2012

Alegrías y estrellas


Recuerdos de un juguito de durazno
abriéndose camino en la mugre pegoteada de los brazos

Y nuestras manitos de niños
sepultando los cuescos en la tierra
abarrotada de inocencia, brillo y dulzura

La niñez me perdió en juegos solitarios:
Contando estrellas
Probando escondites
Sacando a hurtadillas las enciclopedias del librero
Alistando guijarros en el  borde de la reja

Distrayéndome con la brisa marina y
con sombras de piernas largas al atardecer

Y en esos rincones
reservados para la emoción
fue una revelación
entender la consecuencia de esa acción inocente
de las manitos enterradas en el barro,
al mirar hacia arriba y  ver que
colgando desde una varilla creciente
se presentaba un baile de hojas ante mi.